Evo Morales y las equivocadas estadísticas sobre Bolivia y Chile

Evo Morales y las equivocadas estadísticas sobre Bolivia y Chile

La falta de acceso soberano al Océano Pacífico es una cuestión de Estado y forma parte de los intereses nacionales de Bolivia, que no puede ser mal manejado por las autoridades, que se encuentran coyunturalmente en función de gobierno.

 Desde el inicio de la gestión del Presidente Evo Morales hemos solicitado que las relaciones internacionales de Bolivia estén bajo la responsabilidad de profesionales y que los asesores del Presidente también lo sean.

Lamentablemente, en estos 11 años de gobierno no fuimos escuchados y por el contrario la improvisación y la inexperiencia en materia de las relaciones internacionales han llevado al Gobierno del presidente Evo Morales a desarrollar una política exterior con Chile caracterizada por la falta de coherencia y de rumbo, con muy pocos aciertos, como la composición del equipo para la demanda marítima.

Muchas de las declaraciones del Presidente Evo Morales son patéticas, que no tienen sentido o que no reflejan la realidad. En la academia se debe dar evidencia empírica cuando se sustentan hipótesis, como la que estamos planteando.

El Presidente Evo Morales afirmaba que la actitud chilena frente a Bolivia se debe entre otros factores, al crecimiento de la economía boliviana, al respecto declaraba: “A lo mejor hay muchos celos por el crecimiento económico”.

Los asesores económicos del Presidente Evo Morales le hacen cometer serios errores, por eso les enviamos estos dos cuadros estadísticos sobre las economías de Bolivia y Chile.

El año 2005, antes de ser posesionado como Presidente el ciudadano Evo Morales, el producto interno bruto de Bolivia era de 9,743 millones de dólares, mientras que el de Chile era de 92,851 millones de dólares, lo que representa 9.5 veces superior al nuestro. La situación no se modificó sustancialmente al año 2015, según las últimas estadísticas oficiales que se dispone de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), en sus publicaciones Anuario Estadístico de América Latina y El Caribe de los años 2017 y 2007 respectivamente.

El PIB de Bolivia fue de 25,662 millones de dólares y el de Chile de 263,129 millones de dólares, en el año 2015 (dólares a precios constantes de mercado). Esto significa que el PIB de Chile era 10.2 veces superior al de Bolivia. Por lo tanto NO pueden haber “celos por el crecimiento económico” de Bolivia, porque la brecha entre el PIB de los dos países se va agrandando a favor de Chile.

Por si eso NO fuese suficiente, analicemos rápidamente el crecimiento del producto interno bruto por habitante en ambos países, en el mismo periodo de tiempo 2005 y 2015, con la misma fuente, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), en sus publicaciones Anuario Estadístico de América Latina y El Caribe de los años 2017 y 2007 respectivamente.

El 2005, el PIB por habitante de Bolivia fue de 1,034 dólares, mientras que el de Chile fue de 5,708 dólares, 5.5 veces superior al boliviano. Once años después, en 2015, la situación fue la siguiente, el PIB por habitante de Bolivia fue de 2,390 dólares y el de Chile 14,547 dólares, una relación de 1 a 6.1 a favor del país vecino.

Este cuadro refuerza la constatación anterior, que la brecha entre el PIB por habitante de los dos países se va agrandando a favor de Chile. Esta realidad económica debería ser analizada cuidadosamente por los asesores económicos, políticos y en materia de relaciones internacionales, con el fin de ahorrarle al Presidente momentos embarazosos con las autoridades del vecino país.

Ya lo hemos demostrado en anteriores ocasiones, que las estadísticas son una debilidad del Gobierno de Evo Morales, tanto a nivel nacional y ahora en lo internacional.

Para finalizar, las relaciones entre dos Estados NO se las desarrolla a través de los medios de comunicación, ni de twitter, sino mediante los canales diplomáticos y consulares establecidos. El Presidente y sus asesores deben aprender que los éxitos en la política exterior NO se logran con declaraciones rimbombantes, sino con un trabajo profesional, de perfil bajo y utilizando los mecanismos que nos da la diplomacia y el Derecho Internacional Público.

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